El lacre es el método más antiguo utilizado para el selllado de correspondencia o paquetería por su adherencia y su consistencia quebradiza.

El lacre es una pasta sólida hecha básicamente de una mezcla de resinas carbonato de cal y colorantes que se utiliza en el cerrado y sellado de cartas, documentos y paquetes; para dar un toque especial a la correspondencia, como elemento decorativo en el sellado de participaciones sociales, documentos especiales, componentes electrónicos, cerrado de botellas, adorno de artículos para regalo…

Para lacrar son necesarios los sellos. En su origen fueron usados por emperadores y reyes, eran piezas de metal con la insignia o escudo grabado para estampar sobre la pasta. También se utilizaban anillos grabados par esta función.

Se funde fácilmente, dada su baja temperatura de fusión. Suele ser de color rojo.

El inicio de la utilización de lacre por el hombre se pierde en la antigüedad. Aunque fue bastante utilizado por los romanos, fueron navegantes venecianos quienes los trajeron a España desde la India, donde era utilizado para sellar manuscritos y donde probablemente se fabricó por primera vez.
Desde España fue llevado a Francia, al resto de Europa y a América. Fue conocido durante mucho tiempo como «Cera de España».

El lacre ha desempeñado numerosas funciones a lo largo de la historia.
En el Siglo XVIII, el Rey de España Fernando VI «El Prudente», ordenó colocar lacre con el Sello Real en el cuello de las botellas de vino, traidas principalmente de Burdeos, ya que comenzó a notar que el contenido de algunas se «evaporaba» o era reemplazado por algún otro líquido.
El lacre de las botella se debía romper únicamente si el Rey lo ordenaba, bajo riesgo de pena de muerte para quienes no cumpliesen la ordenanza. De esta manera nació la cápsula que se pone hoy en el cuello de todas las botellas de vino.